El ahumado en un Kamado de cerámica se controla con el flujo de aire y la temperatura del carbón. A muy baja temperatura (80–110 °C) se recomienda para carnes grandes y largas cocciones como brisket, costillas o cerdo desmenuzado. A baja temperatura (120–150 °C) es ideal para pollo entero y cortes más delgados. A temperatura media (150–200 °C) funciona bien para vegetales, carnes medianas y panes, logrando un humo moderado. Y a alta temperatura (220–400 °C) se aprovecha para pizzas, panes o sellar carnes, donde el humo es más sutil y predomina el sabor de la brasa. La cerámica mantiene el calor estable y distribuye el humo de manera uniforme en todas las preparaciones