Imagina un asado chileno, de esos que hacen historia, maridado a la perfección con la cepa emblemática de nuestros valles vinícolas. Hablamos de un vino que captura la esencia de Chile, con sus aromas dulces y suaves, y que se encuentra en su punto óptimo para complementar cada bocado.
El Maridaje Perfecto para un Asado Inolvidable Para un asado que se precie de único, la elección del vino es fundamental. La clave está en una cepa que no solo acompañe, sino que eleve la experiencia. Pensando en esos cortes de carne chilena, te sugerimos un vino de cuerpo medio a completo, con taninos amables que limpien el paladar y preparen el siguiente bocado. Busca notas a frutos rojos maduros, especias y un toque de tierra, que resuenen con los sabores ahumados y salinos de la carne.
El Toque Secreto: Sal de Atacama Maridada en Vino Y para llevar este asado a otro nivel, considera el toque único de la sal de Atacama marinada en vino. Esta sal no solo aporta la mineralidad profunda de nuestro desierto, sino que, al haber sido infusionada con vino, introduce una dimensión de sabor y aroma que complementa a la perfección la cepa que elijas. Al usarla en tus carnes, estarás infundiendo un dulzor sutil y un matiz aromático que hará que cada bocado sea una experiencia inolvidable.
Así, con la cepa chilena adecuada y el toque de la sal de Atacama, tu asado no solo será una comida, sino una celebración de los sabores y paisajes de nuestro país.